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Artículo
Panorama Universitario
Ahora bien, el hecho de vincula con la experiencia del do-
reconocer esta oralidad cente en formación, trasciende
como fuente legíti- su función instrumental para
ma del saber implica convertirse en un acto de
abrir la escritura a resistencia epistemológi-
formas más flexi- ca. Esta resistencia no se
bles, narrativas y si- manifiesta en la confron-
tuadas, que reflejan tación directa, sino en la
la complejidad de la decisión de escribir desde
práctica educativa. Lo la propia vivencia; desde
cual, hoy, con la ayuda el contexto inmediato y los
de los traductores de au- saberes locales que han sido
dio en texto escrito es muy históricamente deslegitima-
posible convertir la voz verbal dos por el canon académico.
en voz escrita. Como señala Boaventura de
Por su parte, la acción comu- Sousa Santos (2009), la epis-
nicativa de Habermas (1987) temología dominante ha ex-
aporta una visión ética del cluido, sistemáticamente, los
lenguaje como medio para conocimientos que emergen
la construcción de consensos y desde los márgenes, y es pre-
transformación social. En el ámbito cisamente, en la escritura situa-
educativo, esta perspectiva permi- da, donde se abre la posibilidad
te entender que tanto la oralidad de reinvención del conocimiento. El
como la escritura son formas de docente que escribe desde su prácti-
expresión del diálogo que pueden ca no solamente narra lo vivido, sino
generar cambios significativos. Por docente, el maestro que desafía las estructuras que lo
tanto, la escritura del docente, no es no solamente sistema- han definido. El docente que escribe
un monologo académico, sino una tiza lo vivido, sino que genera teoría desde su práctica no tan sólo narra
conversación con su contexto, con desde su contexto; legitimando, de los saberes que merecen ser escri-
los estudiantes y con su propia histo- esta manera, su saber como fuente tos, sino que define y decide cuáles
ria profesional. válida de conocimiento. La escritura deben permanecer en silencio, por
Consecuentemente, cuando la es- se convierte así en una herramien- ahora.
critura académica se vincula con la ta de empoderamiento profesional, Este gesto de inscribir desde la expe-
práctica docente, se convierte en una donde el docente deja de ser un eje- riencia en el texto es profundamen-
forma de reflexión que trasciende cutor de políticas públicas y se trans- te político, lo cual ya Paulo Freire
lo estrictamente técnico y se instala forma en un sujeto que piensa, deci- (1970) lo anticipaba en su propuesta
en el terreno de la transformación. de y transforma su entorno laboral. de concientización, al afirmar que
Donald Schön (1983), propone que Peter McLaren (2005), desde la pe- la educación debe permitir al sujeto
los profesionales deben aprender a dagogía crítica, lleva esta reflexión leer su mundo para transformarlo.
pensar “en la acción” y “sobre la ac- a un plano político. En la vida en las En este sentido la escritura académi-
ción”; es decir, reflexionar mientras escuelas, afirma que la educación es ca se convierte en una praxis eman-
actúan y después de actuar también. un campo de lucha, y que el aula es cipadora cuando el docente se atre-
Esta doble mirada permite al docen- un espacio donde se disputan senti- ve a narrar su realidad desde una
te no solamente mejorar su práctica dos, saberes y poderes. En este mar- postura crítica.
educativa, sino también compren- co, la escritura académica no es tan No se trata de reproducir ideas aje-
derla desde una perspectiva crítica sólo una técnica de evaluación, sino nas, sino de dialogar con ellas desde
y constructiva. La escritura, en este un acto de resistencia y de afirma- la propia voz, construyendo un saber
sentido, se convierte en el espacio ción ideológica. que emerge de la práctica y se articu-
donde esa reflexión se articula, se En suma, escribir desde la experiencia, la con la teoría. Esta articulación es lo
organiza y se proyecta hacia nuevas con una mirada crítica, permite que Alanís Huerta (2025) denomina
posibilidades pedagógicas. al docente posicionarse frente a “la expresión del pensamiento silen-
Este enfoque se entrelaza con la las estructuras que producen la te”, que es una forma de exteriorizar
propuesta de investigación—ac- desigualdad y construir discursos las ideas que han sido gestadas en la
ción que plantean Wilfred Carr y que promuevan la justicia social. acción cotidiana del aula pero que
Stephen Kemmis (1986), en su obra La escritura, entonces, es praxis solo encuentran legitimidad y visibi-
denominada Teoría crítica de la en- emancipadora; es una forma de narrar lización cuando se escriben.
señanza, quienes sostienen que la lo vivido, de transformar lo que se Hernández Zamora (2017) advierte
teoría y la práctica deben formar hace y de resistir lo que se impone. que la escritura académica puede
parte de un mismo ciclo de la me- ser una experiencia de silenciamien-
jora continua. Para ellos, el conoci- 4. La escritura académica como to, especialmente cuando se impone
miento no se impone desde fuera, resistencia epistemológica: sin reconocer la voz del autor. En su
sino que se construye desde la ex- Mirar más allá de los textos leídos análisis sobre la agencia y el ethos en
periencia del docente. conflicto, señala que muchos escri-
Así pues, al escribir sobre su práctica La escritura académica, cuando se tores se sienten “paralizados” ante
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