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Artículo Panorama Universitario

la exigencia de adoptar un discurso dad intelectual dentro de la poli-
que les resulta ajeno. fonía de discursos institucionales
Sin embargo, puede ser superada (Hernández Zamora, 2017).
cuando el docente se apropia del Esta decisión consciente, este acto
lenguaje académico para narrar de voluntad de tejer la experiencia
su experiencia, transformando en una forma escrita (Bathres,
el texto en un espacio de resis- 1971), asegura que el cono-
tencia. En este proceso, la voz cimiento producido sea un
propia construye el diálogo con testamento duradero de
otras voces, como lo plantea Mi- la travesía pedagógica. De
jail Batín: “toda palabra es me- esta manera, el docente
dio propia y medio ajena” asegura un conocimiento
(citado en Hernández Za- que es, simultáneamente,
mora, 2017). El docente resiliente; de esta manera,
entonces no escribe en el texto académico situado
soledad, sino en conver- es profundamente huma-
sación con la teoría, la no, al haber pasado por el
práctica y la memoria. crisol de la duda y la afir-
La escritura, como resis- mación.
tencia epistemológica,
también implica un pro- 5. Reflexiones finales a
ceso de autocorrección y au- modo de conclusiones
torreconocimiento. Al escribir, el
docente se escucha, se confronta Al someter la experiencia caótica a En este marco, el hecho de aprender
y se transforma. Este proceso, es la lógica rigurosa de la palabra, el a escribir no puede reducirse a la
descrito por Alanís Huerta (2025) docente no tan sólo estructura un sola adquisición de competencias lin-
como una forma de “organizar los argumento, sino que articula una güísticas normativas. La escritura del
torrentes de ideas agolpadas por ética de sí mismo, transformando texto académico es un proceso que
salir” (p.77), permite que el pensa- la experiencia vivida en un saber exhibe vulnerabilidad, exploración
miento se estructure, se refine y se coherente y duradero. Esta labor, y compromiso por parte del sujeto
proyecte hacia nuevas posibilida- esencialmente productiva, convier- escritor. Implica asumir el riesgo de
des pedagógicas. te la experiencia en un conocimien- pensar con el otro; de equivocarse, de
Desde esta perspectiva, puede afir- to legible; permitiendo con ello que reescribir y, sobre todo, de reconocer-
marse que la escritura trasciende la la voz académica asuma una postu- se en el texto como sujeto que vive,
mera finalidad de un documento ra sólida frente a su realidad. que siente y transforma.
terminado; se constituye como la En retrospectiva, la escritura aca- En resumen, la escritura académica,
instancia de autoconstrucción del démica del docente no debe inter- en su sentido más profundo, es un
docente—investigador. Más allá de pretarse como una estrategia de acto de vida; es una forma de habi-
cualquier análisis, el texto académi- confrontación, sino como una afir- tar el conocimiento con dignidad;
co opera como una tecnología del mación existencial que responde al con voz propia y con la convicción
yo (Foucault, 1969); es una práctica dilema de la libertad (Kierkegaar, de que el saber puede y debe ser
disciplinada que moldea la propia 1844). Es el gesto de quien asume una herramienta para la emancipa-
subjetividad del pensador. la responsabilidad de su singulari- ción de las conciencias.

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