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Artículo Panorama Universitario
Marx, en su obra magna sobre El ma- asombro sea cotidiano, donde la risa es, en este sentido, profundamente
terialismo histórico, nos recuerda que sea legítima, donde el juego no sea materialista. Esta pedagogía no niega
detrás de la obediencia escolar está el concesión, sino derecho. Contra la pe- la dureza de la realidad, pero apuesta
interés de un sistema que necesita tra- dagogía del bostezo y la obediencia por transformarla. El aula viva no es
bajadores dóciles, ciudadanos confor- ciega, debemos levantar una peda- una utopía ingenua, es un taller don-
mes, consumidores disciplinados (Marx, gogía de la dicha, de la esperanza y de se ensaya el mundo que queremos.
1867/2013). La escuela se convierte así la rebeldía; para lo cual habremos de La concepción e implementación de
en un aparato ideológico del Estado entender y desarrollar una pedagogía una escuela activa y dialógica, que
(Althusser, 1970/2015), donde el abu- crítica que supere el simple discurso y ponga en el centro la voz del niño,
rrimiento y la obediencia no son acci- la manipulación ideológica. no es un lujo sino una urgencia. Una
dentes, sino engranajes de la máquina; La neurociencia nos sigue aportando pedagogía que abrace el ensayo y
entonces, la pedagogía de la amargura pistas y evidencias; los niños aprenden el error como parte del proceso, que
no es ingenua, es estructural. más y mejor cuando se sienten moti- sustituya la obediencia ciega por la
Lo indignante es que, a fuerza de re- vados; cuando participan activamen- responsabilidad crítica, que cambie
petirse, hemos normalizado la amar- te en el aula y sus entornos; cuando la violencia simbólica por el recono-
gura como parte del aprendizaje. Se encuentran sentido en lo que hacen cimiento mutuo. Una educación que,
cree que el esfuerzo tiene que doler, (Deci & Ryan, 2000). De hecho, desde en lugar de fabricar amargura, siem-
que aprender es un sacrificio, que la la perspectiva neurocientífica, el jue- bre dignidad y alegría compartida.
obediencia es necesaria para formar go no es una pérdida de tiempo; es un Por eso, este manifiesto (tan parecido
“buenas personas”. Pero, ¿qué per- laboratorio de funciones ejecutivas, a la proclama de Las Fogateras egre-
sonas estamos formando? Niños que de creatividad y de aprendizaje pro- sadas del programa de posgrado en
obedecen sin pensar, que se amargan fundo (Zosh et al., 2017). educación del CAMM), por una escue-
antes de florecer, que interiorizan que Así entendida la educación y la peda- la activa, crítica y propositiva, es un
la única manera de aprender es callan- gogía, tanto el juego como la emoción grito de esperanza; no más aulas que
do su propia voz. La pedagogía de la positiva favorecen la plasticidad cere- silencien; no más maestros reducidos
amargura pesa, aplasta, y lo hace en bral y contribuyen a la consolidación a burócratas del tedio; no más niños
nombre de la educación. de la memoria (Immordino-Yang & Da- tratados como engranajes obedien-
masio, 2007). Es decir, la risa, la curiosi- tes. Queremos aulas vivas donde se
4. Contra la pedagogía del dad y la pasión no son adornos, son la pueda reír sin culpa; jugar sin castigo
aburrimiento y la amargura: materia prima del conocimiento. y aprender con sentido. Queremos es-
La responsabilidad y la sensatez Desde la filosofía materialista, Ernst cuelas donde el amor y la justicia sean
Bloch (1959/2004) hablaba del “prin- tan centrales como las matemáticas o
El aburrimiento no es destino, como cipio de esperanza” que sustenta la la gramática. Queremos que los maes-
tampoco la amargura es herencia capacidad humana de anticipar futu- tros también vivan con dicha, porque
obligada. La escuela puede ser otra ros mejores y de imaginar lo que toda- nadie puede sembrar esperanza des-
cosa; puede ser un espacio donde el vía no existe. La pedagogía de la dicha de la amargura.
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